5 de marzo. Día Mundial de la Eficiencia Energética
El Día Mundial de la Eficiencia Energética se celebra cada año el 5 de marzo. Es una fecha propicia para reflexionar sobre el uso racional que le damos a la energía, y actuar en consecuencia.
La eficiencia energética se plantea como una de las políticas de freno para el cambio climático y la consecución de sociedades sostenibles, junto con el desarrollo de energías renovables y una política de transporte menos agresiva con el medio.
Ello no implica renunciar a la calidad de vida, sino la obtención de los mismos bienes y servicios energéticos empleando para ello menos recursos. Esto se consigue con la mejora de los procesos, la cogeneración, el reciclaje, el uso de productos menos contaminantes y un consumo inteligente, es decir, utilizar solo aquella energía que realmente necesitemos.
Hoy día, pocos cuestionan que los efectos del cambio climático son una alarmante realidad en el medio ambiente, y en la sociedad en su conjunto, por lo que pocos dudan también de la necesidad de tomar medidas para avanzar hacia una economía que genere menos emisiones de carbono y que se incremente el uso de energías renovables junto a medidas de ahorro y eficiencia energética.
Ahorro y eficiencia energética en Andalucía
La eficiencia en el consumo y buen uso de la energía es indispensable para lograr el modelo energético hacia el que se dirige Andalucía, ya iniciado en sus sucesivos instrumentos de planificación. Esta eficiencia en el consumo en todos los sectores de actividad económica y en la propia ciudadanía, reduce la demanda energética y las emisiones de GEI, en primera instancia, ya que en su mayoría se genera con fuentes fósiles y además mejora el balance económico de la región evitando la importación de estos combustibles. Asimismo esta nueva actividad de gestión de la energía abre un abanico de empleo y oportunidad empresarial.
La Estrategia Energética de Andalucía 2020 señala los evidentes beneficios de una gestión eficiente de los recursos energéticos para Andalucía, formando parte inherente de los cinco principios en los que se basa el modelo energético que se pretende para nuestra Comunidad. En especial, en tres de ellos:
- Situar a los sectores de las energías renovables y del ahorro y la eficiencia energética como motores de la economía andaluza
- Actuar desde la demanda para hacer al ciudadano protagonista del sistema energético
- Optimizar el consumo energético en la Administración de la Junta de Andalucía, mejorando la eficiencia de sus instalaciones e incorporando criterios de gestión orientados al ahorro energético
La Estrategia pone de manifiesto la puesta en valor del elevado potencial de ahorro energético y mejora de la eficiencia energética existente en todos los sectores de actividad como piezas claves para incrementar la competitividad de las empresas y mejorar las economías domésticas y del sector público.
La nueva etapa de planificación que se abre con la Estrategia Energética de Andalucía 2020, posibilitará reducir un 25% la demanda de energía primaria respecto a la prevista a 2020, superando el objetivo de la Directiva 2012/27/UE relativa a la eficiencia energética (pdf). Para avanzar en el cumplimiento de este compromiso la Junta de Andalucía cuenta como instrumento de gestión con la Agencia Andaluza de la Energía.
Programa para el Desarrollo Energético Sostenible de Andalucía
La Comisión Europea aprobó en junio de 2015 el Programa Operativo FEDER de Andalucía 2014-2020, en el que se recogen las prioridades de inversión orientadas a reforzar la cohesión económica, social y territorial de la Comunidad Autónoma para este periodo. Se concibe como un instrumento al servicio de la reorientación del modelo productivo de Andalucía, a fin de que la salida de la crisis se realice sobre bases más sólidas que permitan la generación de actividad y empleo.
La Agencia Andaluza de la Energía, en condición de órgano gestor del Programa Operativo FEDER, pone a disposición de la ciudadanía andaluza el Programa de incentivos para el Desarrollo Energético Sostenible de Andalucía 2020 «Andalucía es más«, tras una etapa de diálogo y trabajo con patronales, sindicatos, representantes del sector energético y de la ciudadanía para adaptar dicho programa a las necesidades de la sociedad andaluza, en términos de mejora energética y desarrollo sostenible.
Cuenta con 3 líneas de incentivos y un total de 76 medidas, a través de las que se financiarán actuaciones de mejora energética en los hogares, pymes y Administraciones Públicas reduciendo su demanda energética y utilizando la energía de la forma más inteligente y adecuada posible.
- Línea de incentivosCONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE (convocatoria abierta desde el 15 de mayo de 2017)
- Línea de incentivos PYME SOSTENIBLE (convocatoria abierta desde el 30 de junio de 2017)
- Línea de incentivos REDES INTELIGENTES(convocatoria abierta desde el 25 de septiembre de 2017)
Todas las operaciones recogidas en este programa están alineadas con la Estrategia Energética de Andalucía 2020, el documento de planificación energética del Gobierno andaluz, dirigida a provocar el cambio hacia un nuevo modelo energético suficiente, bajo en carbono, inteligente y de calidad, donde la energía esté al servicio de la sociedad andaluza y de la competitividad de los sectores productivos y con el Plan Integral de Fomento para la Construcción y Rehabilitación Sostenible de Andalucía HORIZONTE 2020, en el que se recogen las medidas necesarias, consensuadas con el conjunto del sector, para un cambio de modelo productivo, para la transición del actual modelo de la construcción hacia uno sostenible, en términos económicos, sociales y medioambientales.
El Ahorro y la Eficiencia Energética en el Anteproyecto de Ley Andaluza de Cambio Climático
ANTEPROYECTO DE LEY ANDALUZA DE CAMBIO CLIMÁTICO
TÍTULO IV. MITIGACIÓN DE EMISIONES
Capítulo I. Objetivos y medidas de mitigación de emisiones
Artículo 28. Objetivos de mitigación de emisiones difusas.
Artículo 29. Medidas de mitigación de aplicación transversal
En el ámbito del Programa de Mitigación del Plan Andaluz de Acción por el Clima, serán medidas generales destinadas a la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero:
a) El ahorro y eficiencia energética
b) El fomento de las energías renovables y la reducción del uso de combustibles fósiles.
c) La descarbonización del consumo eléctrico mediante la compra de electricidad verde en el marco del Sistema de Garantía de Origen de la Electricidad.
d) El uso racional de recursos naturales, en especial de los recursos hídricos
e) La utilización racional de materias primas
f) La gestión eficiente de los residuos
g) El aumento de la capacidad de fijación de carbono.
-Fragmento de la carta remitida por la Fundación Savia por el Compromiso y los Valores al Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio como aportación a la elaboración de La Ley Andaluza de Cambio Climático:
«Esta debería ser una Ley que activara un verdadero cambio social. La responsabilidad en la mitigación de las emisiones no corresponde sólo a las empresas, sino a todos los actores contaminantes generadores de emisiones de gases de efecto invernadero (GEls) entre los que se encuentran también la sociedad civil y las instituciones públicas. Gran parte del problema del calentamiento global radica en el excesivo consumo de los países avanzados. Ya en el año 2005, la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) advirtió que el consumo doméstico de los ciudadanos europeos representa una de las mayores presiones ambientales no sólo en Europa sino también fuera de sus fronteras y además, concluía que el impacto está creciendo al menos desde 1990. Esta creciente presión se explica no sólo por el crecimiento económico, sino por factores sociales y demográficos.
Por poner un ejemplo, aunque la eficiencia energética de los electrodomésticos cada vez es mayor, el consumo energético de las viviendas no disminuye. La razón es que ha aumentado mucho el número de electrodomésticos y aparatos que usamos habitualmente, y además su vida media es muy corta debido a los rápidos cambios de moda y tecnológicos. El poder del consumidor es enorme sobre las empresas, éste a través de sus tendencias de compras posee uno de los mecanismos más rápidos y eficaces para hacer cambiar a las empresas y al diseño de sus productos y servicios hacia modelos más eficientes y sostenibles.
Hoy día es innegable el gran impacto que producen sobre el medio ambiente los hábitos de consumo. No podemos culpabilizar siempre al sector empresarial de ser los generadores de emisiones de C02 pues si bien es cierto que las empresas contribuyen en gran medida a la situación actual no es menos cierto que la sociedad en general vive este fenómeno como si fuera ajeno, cuando lo cierto es que debemos contextualizar la responsabilidad sobre el cambio climático como algo compartido, como una tarea donde todos los ciudadanos asuman su carga y de manera solidaria, contribuyan a la mitigación de GEis a través de hábitos de consumo más exiguos y eficientes. Una de las grandes claves y a la vez uno de los grandes retos es concienciar de la importancia de consumir menos.»
¿Qué es el consumo energético?
El consumo energético puede definirse como el total de energía gastada para completar un determinado proceso, incluyendo todas las formas de energía que se utilizan en dicho proceso. Por ejemplo, en un vehículo de transporte el consumo energético tendría que ver con los productos derivados del petróleo necesarios para recorrer una determinada distancia. O, en el caso de una vivienda, el consumo de gas, electricidad, biomasa, etc…
Este concepto se relaciona directamente con el de eficiencia energética, aunque de forma inversa. Cuanto mayor es el consumo de energía en proceso, menor será la eficiencia energética conseguida. La importancia de comprender esta relación es vital para que las administraciones pongan el foco en una renovación de los elementos menos eficientes a nivel energético, como vehículos y electrodomésticos antiguos, mediante incentivos concretos y adecuados al objetivo a conseguir. Además, a nivel de los consumidores y usuarios, es conveniente contar con toda la información al respecto del consumo energético de un producto, para que el uso de la energía sea responsable e inteligente.
Empezar por ejemplo por calcular el consumo eléctrico de la vivienda, es una buena forma de conocer qué uso diario hacemos de los recursos, y pensar a partir de ahí en las herramientas y mecanismos para ahorrar, que son más de los que imaginas.